Tu yo del futuro no te pide perfección, solo coherencia con lo que de verdad importa.
¿Te has parado a escuchar lo que te diría tu “yo financiero del futuro”?
Esa versión de ti que ya tomó decisiones valientes, que aprendió a decir no a lo que no suma y que entendió que su relación con el dinero era mucho más que números. Esa versión que hoy vive con tranquilidad, porque supo construir a tiempo.
La pausa necesaria que casi nadie hace
Cada semana corremos. Nos dejamos arrastrar por urgencias, pagos, imprevistos, tareas que se acumulan. Y en ese caos, olvidamos lo más importante: mirar con perspectiva. Por eso, propongo algo distinto. No para sumar más ruido a tu agenda, sino para regalarte un momento contigo. Un cierre de semana donde conectes con tu “yo financiero del futuro”.
Una pausa para preguntarte:
¿Qué hice esta semana que me acerca a la vida que quiero vivir?
¿Qué no hice y debería haber empezado ya?
El trabajo silencioso que sí transforma
Como CFO externo, cada semana acompaño a autónomos, familias y empresas que buscan algo más que rentabilidad: buscan claridad, paz mental, coherencia entre lo que hacen y lo que quieren lograr. Y ese trabajo no empieza con una hoja Excel, sino con una conversación sincera.
He visto a personas con ingresos altos vivir en angustia, y a otras con recursos más limitados encontrar un camino sólido simplemente porque se atrevieron a mirar. A mirar sus números, sí, pero también a mirar sus miedos, sus patrones, su historia familiar con el dinero.
Por eso combinamos estrategia financiera con constelaciones, con planificación realista, con acompañamiento emocional. Porque el dinero no es solo dinero. Es seguridad, es poder elegir, es libertad. Y todo eso se construye en pequeños pasos, no en grandes golpes de suerte.
Cada viernes con mis clientes revisamos decisiones, hábitos, avances. Y desde ahí, proyectamos:
¿Qué haría mi yo del futuro en esta situación?
¿A qué ya no le daría más energía?
¿Qué decisiones agradezco haber tomado hoy?
Hazle caso a esa voz interna
Tu yo financiero del futuro no está tan lejos. Está a una decisión de distancia. A una conversación honesta. A una hoja de ruta bien trazada.
No necesitas tenerlo todo claro para empezar. Pero sí necesitas dejar de vivir en piloto automático.
Este fin de semana, antes de apagar el ordenador o cerrar la libreta de trabajo, tómate 10 minutos. Respira. Cierra los ojos y pregúntale a esa versión de ti:
“¿Qué necesito dejar de postergar?”
“¿Qué merezco ya no cargar?”
“¿Qué construiría con más intención?”
Hazle caso. Porque tu yo del futuro no quiere reproches. Quiere darte las gracias.